Receta | Guisado de caracolillos

Los “caragolins”, “avellanencs”, caracolillos, estos caracoles pequeños, Theba Pisana, gasterópodos terrestres muy comunes en todo nuestro territorio donde puede llegar incluso a ser una temible plaga para la agricultura.

Pero gastronómicamente son una delicia si sabemos cocinarlos. En Andalucía son parte de su gastronomía como tapa típicas en muchos bares, donde se sirven simplemente hervidos (con su truquito), sirviéndose en un vaso con su caldo.

En Tarragona son protagonistas en el tradicional plato de “espinetes amb caragolins” muy parecido al nuestro tradicional de “pebreretes, espinetes, mullaor, tomacat…” que hacemos también con el sangacho y al que le añaden esos pequeños caracoles.

Por mi parte les cocino una receta sencilla, que se cocina en mi casa.

Necesitaremos:

Aceite de oliva

1 tomate maduro y una cebolla

Pimentón de hojilla

Hinojo silvestre

1 Kg de caracolillos

1 Picante

Sal

Procedemos:

Tenemos que limpiar bien con agua y sal los caracolillos. Los engañamos cubriéndolos hasta arriba de agua y poniendo la tapa de la cazuela al revés y un peso encima. Siento mucho el decirlo, pero los ahogamos, quedando así con la molla fuera.

Otra forma es ponerlos en la olla con agua y con muy poco fuego, el mínimo de mínimos esperar que vaya subiendo lentamente la temperatura del agua y cuando se vea que están con la molla fuera subir de repente el fuego para que no tengan tiempo para reaccionar.

Por último, como antiguamente se hacía, en la olla con agua, se mojaba el borde de la misma con sal, y se ponía al sol. Este calentaba poco a poco el agua y los iba atontando sacando la molla. Entonces ponían la olla al fuego fuerte.

Hervir, cambiando el agua al menos dos veces hasta que veamos que no sacan espuma, que por supuesto debemos ir retirando. Dejamos entonces que cuezan entre treinta y cuarenta y cinco minutos a fuego lento. Hay quien les añade ya un poco de sal e hinojo y se los come tal cual.

Los tenemos ya engañados y vamos a cocinarlos.

Pelamos y cortamos una cebolla en Brunoise (cortes pequeños).

Del mismo modo hacemos con el tomate que hemos pelado.

En una cazuela, cubrimos el fondo de aceite de oliva.

Añadimos la cebolla y cuando trasparente, el tomate rallado.

Removemos bien, ahora los caracolillos y una cucharada de pimentón de hojilla.

Removemos y cubrimos hasta la mitad con agua y añadimos las hojas de hinojo bien limpias y tiernas.

Dejaremos caer el picante.

Dejaremos cocer sobre treinta minutos a fuego bajo. Probamos de sal.

Un guiso que te invita a mojar pan y que seguro te entretendrá al comerlo.

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