Receta | Tronquet de Nadal
Aunque el Tronco de Navidad o “Bûche de Noël” es un postre tradicional Francés, es típica también su elaboración en muchos países europeos en Navidades. Como su nombre indica se trata de un postre que se presenta decorado como si fuera un tronco listo para entrar a la chimenea y es por eso que tiene una rica historia llena de simbolismo.
Su origen se remonta al recuerdo de la antigua tradición celta de celebrar el solsticio de invierno por localizar y recuperar un enorme tronco de árbol y quemarlo en el día más corto del año.
Pero en la Edad Media, concretamente en el siglo XII durante la Navidad existía un impuesto feudal llamado “derecho del registro” en el que los campesinos Franceses tenían que llevar un gran trozo de madera a la casa del señor feudal.
Los campesinos la hicieron tradición suya y para Nochebuena buscaban un tronco grande de leña, que decoraban con cintas verdes, sal y a veces salpicado con aceite y vino y cuando llegaba la noche era arrojado a la chimenea por el más pequeño de la casa mientras se cantaban villancicos y se escuchaban las historias que los abuelos contaban. Y cuando ya sólo quedaban cenizas se guardaban durante el resto del año como amuleto contra los males y las catástrofes. Pero al llegar la Revolución Industrial las cocinas fueron de carbón y empezó a desaparecer esta tradición medieval.
Esta costumbre continuó en Francia en algunas mesas de Navidad en las que se colocaba un tronco de madera rodeado de golosinas, dulces o manjares con las que se agasajaban a los invitados.
En 1898 un pastelero francés llamado Pierre de Lacam, se le encendió la bombilla y creó el conocido como Bûche de Noël o Tronco de Navidad, un postre relleno de crema pastelera de chocolate o crema de mantequilla de café, que fue bien acogido para endulzar el no poder realizar la tradición medieval.
Pero fue en 1905 cuando podemos encontrar la receta que se parece más a la actual de la mano de Josep Fabre que fue publicada en la segunda edición de su libro “Dictionnaire universel de cuisine pratique“.
En la actualidad se ha dado rienda suelta a la imaginación y creatividad pudiendo encontrar troncos decorados de mil maneras diferentes, así como con rellenos diferentes como por ejemplo, relleno de turrón, de castañas, trufa, nata, chocolate… o combinando.
Lo que se suele hacer es rellenar y enrollar un bizcocho genovés esponjoso, que después se decora.
No me pregunten el cómo, ni el porqué, pero resulta que un Tronco de Navidad es típico de las poblaciones de la comarca de L’Alcoià y la del Comtat donde lo elaboran por estas fechas navideñas y les llaman «TRONQUETS».
¿Qué ingrediente tendremos nosotros que nos diferencie del Tronco Francés? Atentos a los ingredientes:
INGREDIENTES:
Para un TRONQUET, necesitaremos:
- 1 Kg de BONIATOS gordos con mucha pulpa. Claro, Boniatos (que no se enteren los Franceses).
- ½ Kg de almendra repelada y rallada.
- ½ Kg de azúcar
- 200 Gr de turrón de Jijona (blando)
- 200 Gr de confituras de calabazate de diferentes colores
- Un poco de canela
- 50 Gr de mantequilla
- 150 Gr de chocolate para fundir.
- 1 limón para rayar su corteza.
PREPARACIÓN:
Como veis, nosotros no vamos a elaborar ni enrollar ningún bizcocho. Atentos.
- Primero que todo limpiamos bien los boniatos en abundante agua y los ponemos a asar al horno sobre 180º una horita.
- Cuando estén asados y ya fríos, los pelaremos y con una cuchara retiremos la pulpa y desecharemos la piel.
- Pesamos la pulpa del boniato, y necesitaremos exactamente la misma cantidad que de azúcar y de almendra rallada, es decir, medio kilogramo de cada. Añadimos la corteza del limón rallada y una cucharada de canela en polvo. Tendremos para elaborar un tronco de Navidad de un kilo y medio, más lo que dé el relleno.
- Mezclamos todo, hasta conseguir una masa homogénea y la extendemos sobre un paño de cocina húmedo para que no se pegue. Con un rodillo de cocina lo vamos aplanando hasta conseguir un grosor de un centímetro y de forma de un rectángulo.
- Ya tenemos la base para enrollar y ahora cortamos el turrón a tiras de un grosor similar al calabazate (5 mm) y vamos alternando trozos poniéndolos por encima. Al enrollar quedarán dentro.
- Ayudados del paño de cocina que tenemos debajo, enrollamos y cerramos. Cortamos los dos extremos o uno de ellos y lo pegaremos en un lado o arriba, como si de ramas cortadas se tratasen y también como nudos sobresaliendo y dando el aspecto de tronco con las ramas podadas.
- Ahora tenemos que sufrir un poco, pues debemos guardarlo para que se seque, resguardado de la luz y de la humedad. Conviene taparlo con un ligero papel que transpire. No enrollarlo.
- Pasado ese tiempo en una cazuela, derretimos el chocolate con la mantequilla y con un pincel vamos dando cubertura al tronco. Esperamos que enfríe, y le damos una segunda pasada e incluso una tercera.
- Una vez tenemos el chocolate casi seco, con un tenedor, vamos rayando haciendo unos surcos y haciendo eses, para darle aspecto de corteza de un tronco de madera.
- Lo presentaremos en una bandeja con una puntilla de papel blanco rodeado de piñones, peladillas, golosinas…