¿Eres de los que se lleva la fiambrera con la comida al trabajo? Ya sea por no perder tiempo, por ahorrar o porque no hay otra alternativa, son muchos los que optan por prepararse la comida en casa y llevársela a la oficina. Para sacarle el mayor provecho y hacerlo con todas las garantías de seguridad e higiene, te ofrecemos estos sencillos trucos.

La importancia de elegir un buen recipiente

No en todos los recipientes se pueden conservar alimentos. Para saber si un recipiente es apto para guardar comida, debemos fijarnos en que aparezca el símbolo que verás en la siguiente imagen o la leyenda “para contacto con alimentos”, ya sea en fiambreras de cristal o de plástico. En este sentido, las de cristal se limpian más fácilmente y suelen durar más que las de plástico, que debemos renovar con cierta frecuencia. Antes de guardar la comida, debemos asegurarnos de que tanto el recipiente como la tapa están perfectamente limpios y secos. Si hemos preparado una comida que vamos a calentar posteriormente, el recipiente también debe ser apto para utilizar en el microondas, lo que viene indicado con el símbolo:

Qué poner y qué no poner en el tupper

Hay alimentos que es mejor evitar a la hora de prepararnos el tupper. Por ejemplo, la carne, el pescado o las patatas no aguantan bien recalentarlos en el microondas y pueden quedar secos. Puedes preparar una ensalada completa o un plato de pasta o arroz. Intenta evitar, especialmente en épocas de más calor, platos que incorporen huevos o salsas hechas con huevo, así como cremas, nata… Los condimentos, aliños o salsas deben llevarse aparte y ponerlos en el momento en que vayamos a comer.

Cuándo preparar la comida

Lo mejor es prepararlos con la suficiente antelación para que, en su caso, la comida pueda enfriarse antes de guardarla en la fiambrera y meterla en la nevera. Es mejor guardar los alimentos en el tupper una vez que se hayan enfriado. Si la pasamos al recipiente antes de que se enfríe, no hay que cerrarlo herméticamente para que se enfríe más rápido.

Cómo conservarla adecuadamente

Una vez que tenemos la comida en el recipiente, no se debe dejar mucho tiempo a temperatura ambiente, especialmente en verano. Se debe conservar en el frigorífico, una vez que se haya enfriado, nunca cuando todavía esté caliente. Para llevarlo a la oficina, si ésta queda lejos, podemos utilizar bolsas isotérmicas. Al llegar a la oficina es aconsejable guardarla en el frigorífico hasta el momento en que vayamos a consumirla.

¡A comer!

Si vamos a recalentar la comida que nos hemos preparado en casa, además de asegurarnos, como ya hemos visto, de que el recipiente tiene que ser apto para microondas, debemos quitar la tapa y dejarla puesta sobre la fiambrera para evitar que salpique y que la comida se reseque. Recuerda que en el microondas no se debe calentar alimentos envueltos en papel de aluminio o de film.

Planifica los menús

Al igual que si comieras en casa, organiza los menús para toda la semana, planificando lo que vas a preparas cada día, no sólo para llegar una dieta variada y equilibrada, sino también para evitar el desperdicio de alimentos. No te olvides de llevar, junto con el tupper, una o más piezas de fruta para que tu menú de oficina sea completo.

Este artículo fue publicado originalmente en el número 27 de la revista MasHogar, editada por Supermercados masymas-Fornés con la colaboración de la Asociación Valenciana de Consumidores (AVACU).