Durante las vacaciones el tiempo de ocio, de comer o que pasamos con los niños es mayor que durante el curso. Esto provoca que la vuelta al cole o a la guardería sea compleja para los más pequeños. Queremos evitar cambios bruscos y que los niños se sientan desprotegidos o estresados. A continuación os dejamos dos claves para hacer que la vuelta sea más llevadera tanta para ellos como para nosotros:

Vuelta a los horarios

Con la vuelta a clase el cambio de horarios es notable y para que este sea beneficioso, la rutina debe estar en consonancia con los ritmos biológicos. Para cambiarlos de manera adecuada debe hacerse progresivamente, con un periodo de adaptación, alterando poco a poco los hábitos de dormir, comer y las actividades que realizan:

• Horario de descanso: la hora de irse a dormir es el primer cambio que deberíamos hacer progresivamente, cada día una hora más temprano hasta llegar a la hora de acostarse objetivo. La mejor forma de anticipar la hora de irse a dormir es después de una cansada tarde de actividades. Consecuentemente la hora de levantarse podrá ser más temprana teniendo en cuenta que las horas de sueño sean constantes y de calidad.
• Hora de la comida: el lugar de comer, horario y menú se recomienda cambiarlo sin transiciones, manteniendo esta nueva rutina. Planea los almuerzos para evitar prisas e intenta elegir la opción más saludable.

Para ambos cambios es importante retomar la rutina que teníamos antes de vacaciones o crear una en caso de no tenerla. Es importante seguir los mismos pasos antes de ir a la cama y de comer, los que cada uno cree más beneficiosos para sus hijos, siempre a la misma hora.

Vuelta a clase

Se recomienda que los niños retomen actividades que realizarán durante el curso unos días antes de empezarlo como leer, ya sea sólo o acompañado, hacer un resumen de las vacaciones o tener un diario. De esta forma volverán a tener hábitos de escritura y normas ortográficas. Puedes jugar con tus hijos a la escuela para que retomen hábitos como levantar la mano antes de hablar o, si es posible, contactar con futuros compañeros de clase. Conseguirás que, llegado el día, se sienta en un entorno familiar al ver caras reconocidas.

Evita las prisas y presiones durante el camino al cole, mantenga una conversación tranquila y alegre. Trata de evitar despedidas largas siendo, al contrario, breves y cariñosas. Al salir del cole la actitud de los padres debe ser cariñosa pero serena, creando un espacio de confianza para que los niños se sientan seguros y así compartan anécdotas y posibles dificultades. También se recomienda ir a recoger a los hijos a la hora puntual, más específicamente para los que acuden por primera vez al colegio o guardería.

Es preferible llegar con los deberes de verano hechos y no hacerlos en el último momento para no agobiar al menor. Tener el material preparado ayudará a los niños a empezar con buen pie y poder organizarse desde el primer día.

Los cambios que trae septiembre serán más fáciles de llevar con la ayuda de los padres. Puede ser beneficioso realizar un calendario, con la participación de los niños, sobre las actividades y tareas que tendrán que realizar. Asimismo, es importante tener en cuenta los planes de ocio, ya que la rutina de los niños no debe basarse solo en estudiar y hacer deberes, también deben disfrutar y divertirse. Las actividades como el uso de Internet, televisión y videoconsolas han podido abarcar gran parte de las vacaciones y ahora se debe replantar su uso. Estas actividades pueden ser utilizadas como premios.

Es importante que los padres transmitan positividad a sus hijos, se recomienda hablar sobre la escuela y la vuelta a la rutina, recordar buenos momentos del último curso, que van a ver a sus compañeros y conocer a nuevos…  y evitar hablar de forma negativa. Por último, tenga siempre en cuenta que el proceso de aprendizaje no termina y empieza en la escuela, sino que el papel de los padres en la educación de los hijos es imprescindible.