Una de las partidas en las que podemos realizar un consumo racional y responsable es en la compra de productos alimenticios, ya que en ocasiones podemos dejarnos llevar y comprar productos que finalmente acabamos por no consumir y tenemos que tirar con el consiguiente desperdicio de alimentos y todas las repercusiones negativas que ello conlleva.

La compra de productos de alimentación es un gasto fijo en la economía de las familias. No podemos dejar de comprar alimentos, pero sí que podemos poner en práctica algunos consejos que nos ayuden a controlar el gasto que realicemos en las compras de productos alimenticios.

Revisa las ofertas y aprovéchalas.

Dedica tiempo a realizar la compra, compara precios, analiza las ofertas y promociones. Y estudia si te merece la pena comprar productos al por mayor (normalmente más baratos) o en porciones más pequeñas (más fáciles de consumir, de forma que evitas el desperdicio de alimentos). Valora también la posibilidad de comprar productos con marca del distribuidor (de marca blanca).

Organiza la despensa y la nevera, revisa lo que tienes y dispón los productos según su fecha de caducidad o de consumo preferente.

Compra productos en conserva, latas, productos de larga duración… así como productos de limpieza y de higiene cuando estén a buen precio y almacénalos en casa correctamente.

Planifica los menús semanales, para saber qué tienes en la despensa y qué necesitas comprar, en función de las personas que vayáis a comer y cenar en casa.

Ve al supermercado con la lista de la compra, habiendo revisado los productos que tenemos en casa y teniendo claro qué es lo que necesitamos para elaborar los menús que hemos planificado. Comprar lo que necesites nos evitará desperdiciar alimentos que no vayamos a consumir o que se pasen de fecha y tengamos que tirarlos.