¡Es la leche!

Por todos es sabido que la leche es fuente de calcio y que nos aporta múltiples beneficios a nuestro organismo. Pero la leche, y sus derivados, también son fuente de otras vitaminas y minerales y un alimento muy completo que es indispensable en nuestra alimentación, especialmente a ciertas edades.

Según el Código Alimentario Español (CAE), leche natural es aquel “producto íntegro, no alterado ni adulterado y sin calostros (primera leche o secreción líquida que producen las glandulas mamarias de las hembras tras el parto) del ordeño higiénico, regular y completo e ininterrumpido de las hembras domésticas sanas y bien alimentadas.”

La leche es uno de los alimentos básicos que podemos encontrar en nuestras cocinas. Nos aporta múltiples beneficios, por eso es el principal alimento cuando nacemos. Pero no solo es importante tomarla durante la etapa de crecimiento, en la infancia y adolescencia, sino que su consumo está recomendado a
cualquier edad.

Para poder consumirla, la leche ha de ser sometida a un tratamiento térmico que puede darse por dos procesos: la pasteurización y la uperización. Mediante ellos, la leche se calienta a altas temperaturas y se deja enfriar. De esta forma se garantiza su correcta conservación desde que se envasa hasta que llega a nuestras casas en perfecto estado para su consumo durante un determinado periodo de tiempo.

Con la pasteurización se eliminan los microorganismos patógenos de la leche a unas temperaturas más bajas que en el caso de la uperización. La leche pasteurizada ha de venderse refrigerada, para evitar que se altere su flora natural, y debe conservarse así hasta su consumo, cuya fecha máxima suele ser de unos días. Es lo que se conoce también como
leche fresca.

Por el contrario, la leche uperizada (UHT) es sometida a temmás largos de tiempo. Sinperaturas mucho más altas durante unos pocos segundos. La leche no sufre casi ninguna alteración y puede conservarse, con el envase cerrado, durante periodos  embargo, una vez abierto el envase, debe guardarse en el frigorífico y consumirla en los tres días posteriores.

¿Qué nos aporta?

La leche supone el principal aporte de calcio y proteínas imprescindibles en la formación de huesos y dientes y en la conservación adecuada de ellos, para prevenir posibles fracturas y la osteoporosis. Por ello, su consumo es adecuado a cualquier edad, aunque en la infancia es preferible tomarla entera, ya que mantiene el aporte de las vitaminas A y D, que van ligadas a su grasa. Como su contenido calórico es mayor, en casos de sobrepeso, obesidad y otros trastornos, se puede tomar semidesnatada o desnatada, las cuales tienen un menor aporte de grasa, calorías y colesterol.

Fuente natural de calcio

La leche y los productos lácteos son una de las principales fuentes de calcio para nuestro organismo. El calcio es el mineral más abundante en nuestro cuerpo y se encuentra en su mayoría en los huesos. Es fundamental porque nos ayuda en el adecuado mantenimiento y la correcta formación de huesos y dientes y también en un buen funcionamiento de nuestros músculos.

Un vaso de leche (una ración de 250 ml) nos aporta unos 300 mg de calcio, más de un 30% de la cantidad diaria recomendada  (unos 800 mg en los adultos, 1.200 mg en el caso de los mayores de 60 años y unos 1.300 mg en la infancia, el embarazo y la lactancia).

Tipos de leche

Según su contenido en grasa, y en base al Reglamento  (CE) 2597/97 por el que se establecen las normas complementarias de la organización común de mercados en el sector de la leche, podemos diferenciar entre leche:

Entera: es la leche que ha sido tratada térmicamente, cuyo contenido en materia grasa es, como mínimo, un 3,50 %. También se incluye en esta definición la leche que no ha sido alterada pero que mantenga ese mínimo de 3,50 % de grasa. Su aporte nutricional es más alto, ya que no ha sido sometida a ningún tratamiento para quitarle la grasa, y también posee un sabor más intenso que la semidesnatada y la desnatada.

Semidesnatada: se denomina de esta forma a la leche que, tratada térmicamente, se le ha reducido su contenido en grasa entre 1,50 % y 1,80 %. Su aporte graso es, por tanto, menor que en la entera, pero también puede haber perdido algún otro nutriente en el proceso.

Desnatada: a este tipo de leche se le ha sustraído la materia grasa hasta un porcentaje de 0,50 % como máximo. Es la más ligera de las tres en lo referente a contenido en grasa y sabor. Está recomendada en aquellos casos en los que se siga una dieta baja en calorías.

CÓMO SE ELABORA LA LECHE

Ya hemos visto que la leche es uno de los alimentos fundamentales e indispensables en nuestro día a día, y más especialmente en ciertas etapas de la vida, como pueden ser durante el crecimiento, el embarazo y la lactancia o la vejez.

Su aporte de calcio nos ayuda a desarrollar y mantener nuestros huesos y dientes fuertes y en buen estado. Por eso, su consumo es tan recomendable. Pero, ¿sabes cómo llega la leche a nuestros hogares? ¿Qué procesos sufre para asegurar su calidad y seguridad?

El proceso de elaboración de la leche se lleva a cabo manteniendo todas las garantías de seguridad y manteniendo unas pautas correctas en cada una de las fases para garantizar que el producto nos llegue a nuestras casas de una forma segura.

 

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