Residencias para mascotas
Las residencias para mascotas son una buena opción para aquellas personas que, a la hora de irse de vacaciones o por otros motivos, no pueden llevárselas consigo y tampoco dejarlas al cuidado de algún familiar o amigo. Elegir adecuadamente la residencia donde donde dejar a nuestra mascota nos dará tranquilidad y confianza.
A la hora de organizar un viaje o irnos de vacaciones, hay ocasiones en las que no podremos llevarnos a nuestras mascotas con nosotros, aunque cada vez hay más hoteles que las admiten, ni dejarlas con alguien de nuestra confianza. En estos casos, podemos recurrir a dejarlos en una residencia para mascotas, una buena alternativa si sabemos cómo elegir la más adecuada y en qué debemos fijarnos al decantarnos por una u otra.
Es recomendable visitar varias residencias y solicitar todo tipo de información saber los precios y servicios incluidos (peluquería, paseo diario, etc.) antes de decidirnos por una en concreto. Es importante, asimismo, solicitar un escrito detallado del servicio que estamos contratando y guardamos la publicidad que nos entreguen para poder reclamar, solicitando en ese caso, las hojas de reclamaciones y dejando constancia del problema sufrido por escrito.
Al mismo tiempo es fundamental concienciarse contra el abandono animal. Antes de adquirir cualquier mascota, debemos ser responsables y valorar si vamos a poder cuidar de ella en las condiciones que se merece, y que no acabe convirtiéndose en un “estorbo” cuando queramos irnos de vacaciones.
En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, todo aquel establecimiento que acoja animales de compañía debe estar inscrito como “Núcleo zoológico” en el registro de Núcleos zoológicos de la Comunidad Valenciana. Dicho registro autorizará el funcionamiento del establecimiento para aquellas actividades, especies y número de animales para la que se ha solicitado la posición.
Asimismo, deberá disponer tanto de una licencia municipal de la actividad o acreditarlo mediante un certificado municipal, así como acreditarlo mediante un certificado, así como de un libro en el que queden registrados los datos personales tanto del propietario del animal como de alguien de nuestra confianza por si tuvieran que contactar con nosotros en un momento determinado.
Debemos prestar atención a los siguientes aspectos:
– Las instalaciones deben disponer de emplazamientos aislados que eviten el contagio y la difusión de enfermedades, si hay algún animal enfermo. Asimismo, deben ser recintos de fácil acceso, que permitan el lavado y desinfección y permitan la aplicación de medidas higiénico-sanitarias, así como la dotación de agua potable.
– El espacio de la superficie disponible para un animal de tamaño medio, tipo Cocker (13-15 kg.) será como mínimo de 1,39 metros cuadrados. Sin embargo, en perros y gatos de tamaño pequeño, tipo Yorkshire (unos 3 Kg) el espacio, como mínimo, rondará los 0,60 metros cuadrados y si, por el contrario, se mantiene enjaulado, la altura del recinto será, al menos, 1,5 veces la altura del animal.
– El ambiente del alojamiento: Si el animal se encuentra al aire libre, deberá disponer de una superficie cubierta a la que tendrá libre acceso para resguardarse ante las incidencias del tiempo. Si por el contrario, el animal se aloja en un interior, el espacio deberá contar con correctos sistemas de ventilación.
– La residencia deberá disponer de los servicios de un veterinario en ejercicio libre profesional.