Niños y verano: la protección del sol es lo primero

Se abren las piscinas públicas, el calor nos invita a atrevernos con el primer baño, creemos que el sol aún no es muy fuerte… Junio es el mes en que solemos empezar a ir a la playa o a la piscina. Los niños lo viven con intensidad y les encanta poder zambullirse. Pero para poder disfrutar con tranquilidad, debemos tener en cuenta una serie de precauciones, en especial con el sol.

El sol es beneficioso para nuestro organismo porque nos ayuda a sintetizar la vitamina D, necesaria para la fijación del calcio en los huesos. Pero un exceso de sol y no aplicar la correspondiente protección puede provocar quemaduras, en mayor o menor intensidad, y aumentar el riesgo de padecer un cáncer de piel.

En los niños hay que extremar las precauciones ya que su piel es más sensible. Debemos recordar que durante los primeros meses de vida no se les debe exponer al sol directamente y, en cualquier caso, no exponerlos durante las horas centrales del día, es decir, cuando el sol es más intenso.

Precauciones para tomar el sol

Es importante que los niños vayan protegidos con la adecuada crema de protección solar, con gafas de sol y gorra o sombrero y, a ser posible, con una camiseta fina que cubra sus hombros y espalda. No se debe abusar del sol en los primeros días sino que debemos ir aumentando el tiempo de exposición paulatinamente y seguir protegiendo la piel todo el tiempo. De hecho, aunque el día esté nublado es importante aplicar igualmente crema protectora porque los rayos atraviesan las nubes y llegan con la misma intensidad.

¿Qué protector solar es el más adecuado?

En el mercado podemos encontrar multitud de protectores solares. Lo que es importante es que, en el caso de los niños, el factor protección sea elevado; como mínimo 30. Ya sea en crema o en spray, debemos aplicarlo cada hora o cada dos horas, dependiendo de la edad. La aplicación debe realizarse con suficiente cantidad y por todo el cuerpo, en especial en hombros, espalda y cara. También es recomendable que el protector solar sea específico para niños: deben ser resistentes al agua, haber sido probados dermatológicamente y que contengan filtros que protejan de los rayos ultravioletas A y B.

Este artículo fue publicado originalmente en el número 10 de la revista Mashogar, editada por supermercados masymas Fornés con la colaboración de la Asociación Valenciana de Consumidores (AVACU).

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