La dorada

La dorada es un pescado mediterráneo semigraso, de alto valor nutricional y de la misma familia que el besugo. Se considera uno de los más exquisitos y se recomienda preparar de modo sencillo como al vapor, a la parrilla, al horno o a la sal.

Una de sus características principales es su cuerpo ovalado y comprimido. Posee gruesos labios y sus mandíbulas están armadas con dientes cónicos y diversas filas de muelas lisas. Su cola es ancha y potente y hace que pueda nadar muy rápido.

Su color predominante es el plateado, aunque lo que la hace inconfundible es la mancha de color dorado que presenta entre los ojos, que son pequeños en comparación con otras especies.

Al inicio de su madurez sexual todos los ejemplares son machos y cuando adquieren mayor tamaño ya van convirtiéndose en hembras.

La dorada se puede encontrar, entre otros, principalmente en el Mediterráneo.

PROPIEDADES DE LA DORADA

La dorada es un pescado blanco, semigraso, con un aporte moderado en lo que a calorías se refiere. Igualmente moderado es su aporte en proteínas, pero es cierto que son de alto valor biológico. Su carne es una fuente de minerales como potasio, fósforo, magnesio, sodio y hierro.

Nos aporta vitaminas liposolubles, en las que predomina la vitamina A y E. En cuanto a las vitaminas hidrosolubles nos proporciona vitamina B3 y vitamina B12, esta última presenta  en una cantidad similar a la de la carne o huevos.

La dorada es un pescado muy apropiado para dietas hipocalóricas. También es apropiado para alimentarse en épocas de crecimiento y esfuerzo intelectual, aunque al tener muchas espinas no tiene demasiada aceptación entre los más pequeños.

Contiene poca grasa y por tanto es un alimento fácil de digerir y se tiene en cuenta en dietas que tratan procesos intestinales.

Previene alteraciones cardiovasculares gracias a su aporte en omega 3.

TRUCOS Y CONSEJOS

  • Para saber si está fresca, hemos de fijarnos en si su carne es firme al tacto, las agallas son de color rojo vivo y los ojos brillantes (no hundidos ni con manchas blanquecinas)
  • Es importante que se conserve a bajas temperaturas, ya que de este modo se evitará el deterioro producido por el crecimiento de bacterias.
  • Si vamos a tardar en consumirla más de 24 horas después de su compra, es recomendable congelarla.
  • Es importante refrigerarla, ya sea en nevera o congelador, no más de 48 horas después de su compra. Y hacerlo con la pieza limpia, sin vísceras y aislada de otros alimentos para no mezclar olores ni sabores.

 

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