Cremas y sopas frías

¿Qué mejor que algo refrescante y saludable a la vez para comer en los días de calor? Una rica crema o una deliciosa sopa fría nos ayudarán a mantener la temperatura a raya al tiempo que nos aportan los nutrientes necesarios para nuestro organismo.

Cuando hace calor nos apetece pasar menos tiempo en la cocina y más en la playa o en la piscina. Y esto no tiene por qué estar reñido con llevar una buena alimentación. Las cremas y sopas frías, cargadas de vitaminas, minerales y antioxidantes, nos hidratarán y nos ayudarán a soportar mejor los días más calurosos de este verano, al mismo tiempo que nos estaremos nutriendo y alimentando de manera sana, equilibrada y variada.

Las sopas y cremas frías nos proporcionan una dieta sana, equilibrada y muy nutritiva. Son una forma de tomar verduras y hortalizas casi sin darnos cuenta, de una forma más atractiva y apetecible, lo cual también favorece que los niños se las tomen mejor.

¿Cómo prepararlas en casa?

Además de los beneficios que ya hemos visto, otra de las ventajas de las cremas y sopas frías es que podemos prepararlas en casa de manera rápida y sencilla y combinando diferentes ingredientes. Para ello, es importante que seleccionemos las verduras con las que queramos preparar nuestro plato, las lavemos bien y las pelemos, en caso de que sea necesario. Las cortamos en trozos, las cocemos si la verdura lo requiere (patatas, puerros…)  y las trituramos, junto con un poco de agua, en función de la consistencia que queramos darle, hasta conseguir una crema homogénea con todos los ingredientes bien integrados. Una vez hecha, es aconsejable guardarla en la nevera para que se enfríe bien antes de tomarla.

Las posibilidades son muchas, pues podemos ir variando y alternando diferentes verduras para preparar nuestros platos.

Beneficios de tomar sopas y cremas frías

Al incorporar sopas y cremas frías a nuestra alimentación estamos aportando a nuestro organismo una serie de beneficios y propiedades, como son:

  • Nos aportan diferentes vitaminas, minerales y otros nutrientes, en función de las verduras y hortalizas que elijamos para preparar nuestros platos, a las que, además, podemos añadirles otros ingredientes para que las hagan, todavía, más nutritivas y sabrosas.
  • Su aporte calórico es muy bajo.
  • Al estar preparadas básicamente con verduras y hortalizas, las cuales poseen un alto contenido en agua, tienen un efecto refrescante e hidratante, perfecto para los días más calurosos de esta estación.
  • Por este motivo, tienen un efecto saciante, lo que reduce el apetito. Añádeles un chorrito de un buen aceite de oliva virgen, que les aportará un sabor más especial, además de sus muchos beneficios para nuestra salud.
  • Al preparar este tipo de comidas, podemos aprovechas al máximo las verduras de temporada y de proximidad, con los múltiples beneficios que ya conocemos (para el medioambiente, son productos más sostenibles, impulsan la economía local, conservan mejor sus propiedades…)

Puedes completarlas añadiéndoles unos taquitos de jamón, unos picatostes, un huevo duro, un poco de queso, semillas o frutos secos… como ya hemos dicho, ¡las posibilidades que ofrecen son muchísimas!

¿Cuáles son las cremas frías preferidas por los consumidores?

Dentro de la gran variedad que podemos preparar, o comprar ya preparadas,  de cremas y sopas frías para disfrutar en verano, una de las preferidas y más consumidas es el gazpacho, una deliciosa sopa fría cuyos ingredientes principales son el tomate, el pimiento, aceite, ajo, vinagre y sal, a los que se les puede añadir pepino y cebolla, originaria de Andalucía.

Es un plato my refrescante que se suele tomar bebido en vaso. El gazpacho es una fuente natural de las vitaminas A, C y E, además de aportarnos fósforo, hierro, calcio, zinc, potasio, hidratos de carbono, entre otros nutrientes. A pesar de que el tradicional sigue siendo uno de los más consumidos, hay otras recetas en las que se incorporan frutas, como la sandía o la cereza, y prescindiendo del pimiento, el pepino y la cebolla se elaboran variantes del gazpacho tradicional, también nutritivas y refrescantes.

El origen del nombre proviene, quizás, según la RAE, del griego gazophylákion, por su significado como «cepillo de la iglesia», por la diversidad de su contenido, ya que en él se dejaban monedas, mendrugos de pan y demás objetos.

Otra de las cremas frías por excelencia en nuestro país es el salmorejo, perfecta para estos días de verano. Se trata de un majado (triturado) de migas de pan, tomates, aceite de oliva, ajo y sal. Al igual que con el gazpacho y otras cremas frías, se puede acompañar de trocitos de jamón o huevo. Al incorporar en su receta el pan, es más consistente que el gazpacho y suele servirse en plato para tomar con cuchara. Es una receta que nos aporta vitaminas C y E, antioxidantes, potasio, sodio, hidratos de carbono…

Junto a estas, otras cremas y sopas frías muy apetecibles para este verano pueden ser el ajoblanco (a base de pan, almendras molidas, aceite, vinagre y agua y de textura muy suave) y la vichyssoise (un clásico francés que se prepara con puerros, cebollas, patatas, leche y nata, con una textura muy cremosa).

¿Otra de las ventajas? Podemos llevárnoslas a la playa, a la piscina, al campo… Eso sí, asegúrate de ponerlas en un recipiente adecuado y que cierre herméticamente, para evitar que se salgan o se derramen.

CREMAS Y SOPAS FRÍAS ENVASADAS

Hemos visto que las cremas y sopas frías son rápidas y fáciles de preparar y no nos quitarán mucho tiempo para poder seguir disfrutando de nuestras vacaciones. Pero, si aún así, prefieres comprarlas ya preparadas, en los lineales puedes encontrar muchas variedades, muy sabrosas y refrescantes, que solo tendrás que servir, bien fresquitas, y degustar sin más complicación.

Pueden convertirse en un delicioso plato único, si les añades unos picatostes, unos trocitos de pollo o jamón, etc., o puedes acompañarlas con un plato principal de carne o pescado a la plancha o al vapor, para completar una comida variada y nutritiva.

Suelen presentarse en briks o en envases o botes de vidrio, tras haber sido sometidos a un proceso térmico de esterilización que garantiza su adecuada conservación y un consumo seguro sin riesgos para nuestra salud.

Pero, entre todas las opciones que podemos encontrar, ¿en qué debemos fijarnos a la hora de comprar una crema o sopa fría ya preparada?

¿Qué debemos tener en cuenta?

Al igual que en todos los productos, es importante que revisemos en el etiquetado los ingredientes que se incluyen, decantándonos siempre por aquellos que incorporen ingredientes naturales. Recuerda que el orden en el que aparecen se corresponde con la cantidad del ingrediente que lleve el producto, siempre de mayor a menor: el ingrediente que vaya en primer lugar será el que en mayor cantidad se incluya el producto.

También es importante revisar la cantidad de ingredientes: cuantas más verduras y hortalizas incorpore, mejor. Debemos fijarnos en que incluya aceite de oliva (o de oliva virgen extra) y que la cantidad en sal no supere 1,25 g por cada 100 g del producto, para que sea saludable según recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Fíjate en las condiciones de conservación. Estos productos suelen requerir de refrigerado, por lo que es importante que los guardemos en la nevera una vez lleguemos a casa y, en cualquier caso, una vez abiertos.

Revisa la fecha de caducidad. La mayoría suelen incluir la recomendación de consumir en, como mucho, dos o tres días una vez hayan sido abiertos.

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