¿Tengo gripe o un resfriado?

En ambos casos, te invade un malestar general, tienes tos seca, puede que fiebre y algo de dolor de cabeza. Diferenciarlos te puede ayudar a elegir el tratamiento y, sobre todo, a evitar complicaciones. Sea lo que sea, prevenir es mejor que curar.

Con la llegada del frío llegan, un año más, las enfermedades más habituales: el catarro y la gripe.

Mientras que la gripe es más estacional, los resfriados pueden darse en todas las épocas del año, aunque el mayor número de casos se dan entre los meses de septiembre y abril.

Esto se debe, simplemente, a que el frío debilita nuestras defensas, sobre todo las de las vías aéreas superiores, justo por donde suelen colarse los virus responsables tanto de la gripe como de los resfriados.

DIFERENTE CULPABLE

El virus de la gripe, llamado influenza, es uno de los más estudiados. Muta fácilmente y, por eso, es necesario vacunarse todos los años, en especial si te encuentras entre los grupos de riesgo (personas mayores de 60 años, embarazadas o enfermos crónicos).

Por el contrario, el denominado resfriado común puede producirse por más de 200 virus diferentes. El rinovirus y el coronavirus son los más habituales, pero, al haber una variedad tan extensa, es imposible crear una vacuna efectiva. Ambos casos son contagiosos, aunque la gripe es mucho más agresiva. Su propagación es tan rápida que fácilmente se convierte en pandemia, colapsando las urgencias cada año.

SÍNTOMAS SIMILARES

Conociendo los síntomas, puedes diferenciar estas dos patologías y evitar la visita al médico. Tan solo si los síntomas persisten pasados cinco días y no notas mejoría es recomendable pedir cita con el médico de cabecera.

El malestar general es algo común a ambos, al igual que la tos seca o el dolor de cabeza.

Por el contrario, el dolor muscular y la fiebre alta son más comunes en pacientes con gripe, mientras que el moqueo y los estornudos son casi exclusivos de los catarros.

LA PREVENCIÓN SÍ ES POSIBLE

Tanto los casos de gripe como de resfriado común, tomando algunas medidas de prevención puedes conseguir minimizar tu exposición a los virus.

  • Extrema la higiene. Lavarse continuamente las manos suele ser un engorro, pero es la mejor barrera que puedes poner ante los virus. Esto adquiere una mayor importancia cuando se convive con un enfermo o se pertenece a un grupo de riesgo. Algunos momentos clave en los que es vital desinfectarse las manos son antes de preparar alimentos o tras tocar cualquier objeto que pueda haber tocado previamente un enfermo.
  • Utiliza pañuelos desechables y tíralos inmediatamente después de su uso. Por una vez, olvídate de reciclar o darles un nuevo uso, ya que se trata de una bomba de virus.
  • Evita los locales cerrados y las aglomeraciones. Sobre todo, en sitios donde la temperatura es alta y la humedad baja, el lugar preferido por los virus.
  • En el caso de la gripe, la vacuna es la mejor vía de protección.
  • Mantén una alimentación sana y equilibrada, ya que ayuda a fortalecer las defensas.
Por: María García

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