El colapso que originan las toallitas húmedas no sólo supone un gasto económico, sino también un impacto negativo sobre el medio ambiente, ya que en ocasiones ocurren vertidos que acaban en entornos naturales, ríos, mares…  Acabar con este problema está en nuestras manos.

No todas las toallitas húmedas para el WC se disuelven igual que el papel higiénico convencional, por lo que deberíamos tirarlas a la basura y no al inodoro.

Muchas personas tienden a pensar que las toallitas húmedas son lo mismo que el papel higiénico, por lo que hacen un uso similar de uno u otro, pero nada más lejos de la realidad. Las toallitas húmedas tardan mucho más en deshacerse, por lo que si las tiramos al inodoro, acaban atascando tuberías y depuradoras.

Y este es, precisamente, uno de los problemas con los que nos encontramos, sobre todo en las grandes ciudades: el uso indebido de las toallitas húmedas para el WC. El inodoro no es una papelera y, además del gasto de agua innecesario que hacemos cada vez que tiramos de la cadena, si desechamos las toallitas por él estamos contribuyendo a la contaminación de nuestras aguas.

Según datos de la Asociación Española de abastecimiento de Aguas (AEAS), su retirada supone un sobrecoste de 200 millones de euros. En nuestro país las estaciones depuradoras de aguas residuales recogen unos 10 kg anuales de toallitas por persona, ya que se agrandan por el camino al empaparse de agua y otros residuos.

¿Qué podemos hacer?

• No tirar toallitas u otros materiales (algodones desmaquillantes, tampones, bastoncitos de oídos…) por el WC.
• Colocar una papelera cerca del inodoro para tirar en ella lo que no sea papel higiénico; de esta forma, contribuiremos no solo al cuidado del medioambiente (reducción de residuos en los desagües y ahorro de agua) sino que también nos supondrá un ahorro económico.