Cómo combatir los piojos

La vuelta al cole trae consigo una de las más temidas batallas de madres y padres durante la época escolar: El Pediculus humanus capitis, es decir, piojos. Prevenirlos y combatirlos no es tarea fácil, pero con algunos consejos podemos minimizar los riesgos de que estos bichitos, y el característico picor que provocan en nuestras cabezas, se conviertan en una tortura no solo para nuestros hijos, sino también para los adultos.

Aunque los niños son las principales víctimas de los piojos, también hay adultos que se ven afectados por este parásito, un pequeño insecto de unos 2 mm de longitud que se alimenta de la sangre que extrae de la persona en la que habita. Hoy en día, los piojos se han hecho más resistentes y fuertes, por lo que los tratamientos a base de insecticidas químicos son menos efectivos. Por ello la principal recomendación es la prevención siguiendo algunas pautas y, en caso de contagiarse, eliminarlos correctamente.

Hay que diferenciar entre liendre (el huevo, de color blanquecino con una sustancia similar al pegamento, de ahí que sea tan difícil quitarlas, y tarda en brotar de 7 a 10 días), ninfa (el piojo joven, que se convierte en adulto en unos 10 días) y piojo adulto (de mayor tamaño, pueden habitar en nuestras cabezas unos 30 días, pero fuera de ella solo sobreviven unas 48 horas, y pueden llegar a poner unos 10 huevos al día).

¿Cómo prevenirlos?

Evitar su contagio es muy difícil, pero sí que podemos intentar minimizar los riesgos. Es importante que cada semana, y siempre que observemos que se rascan con frecuencia, revisemos con una buena lendrera las cabezas de nuestros hijos, prestando especial atención a las zonas de detrás de las orejas y la nuca. En caso de tener el pelo largo, es preferible llevarlo recogido, ya que reduce el contacto directo con otros cabellos.

¿Qué hacer si tenemos piojos?

La principal señal de que se tienen piojos es la irritación y picor que causan. Se transmiten por contacto directo entre cabellos y, en menor medida, también a través de peines, cepillos, gorras o sombreros.

Los piojos son resistentes al agua y al jabón, por lo que para combatirlos no basta con lavarse la cabeza. De hecho, los piojos prefieren el pelo limpio.

En caso de tener piojos, es importante lavar las sábanas, toallas, almohadas… a 60º y aspirar alfombras y sofás.

Recuerda avisar en el colegio a la guardería, ya que son extremadamente contagiosos y conviene que los otros padres y madres tomen las medidas oportunas con sus hijos por si los pudieran haber cogido.

El tratamiento más extendido para acabar con los piojos es un preparado a base de permetrina que podemos encontrar en farmacias. Existen muchas lociones diferentes, pero  el funcionamiento de todas ellas es similar: se extiende bien por todo el cabello seco y se deja reposar, a ser posible con la cabeza cubierta con un gorro de plástico, respetando siempre los tiempos marcados en las instrucciones de uso para evitar la resistencia de los piojos, enjuagar después bien el pelo y pasar la lendrera para arrastrar las liendres y piojos que podamos tener. Durante los siguientes días, es recomendable pasar la lendrera. En algunos casos es necesario repetir el tratamiento a la semana.

Mitos de los piojos

Sólo los pueden tener los niños: los piojos suelen ser más comunes en niños de 3 a 10 años, especialmente en las niñas, que suelen tener el pelo más largo y un contacto más estrecho entre ellas. Sin embargo, los adultos en contacto con niños que tengan piojos también pueden contagiarse.

Saltan de una cabeza a otra: ni saltan ni vuelan. Los piojos no tienen alas, así que no pueden pasar volando de una cabeza a otra. El contagio se produce por el contacto directo entre cabellos. Eso sí, son muy rápidos, pueden recorrer hasta 23 cm por minuto.

La cabeza pica porque muerden: el picor que nos provocan se debe a la saliva que inyectan al chupar nuestra sangre para alimentarse.

Me los ha contagiado mi perro: los animales de compañía no pueden trasmitirnos piojos porque solo habitan en las cabezas de los seres humanos.

Prefieren el pelo oscuro: a los piojos les da igual el color de nuestro pelo. Lo que sí parece que les afecta es el ph de nuestro cuero cabelludo. Cuanto más ácido, más difícil es que se adhieran y se reproduzcan.

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