Aceite de oliva, oro líquido
Aceite de oliva virgen extra, virgen de oliva o de orujo de oliva. Son cuatro tipos diferentes de un aceite que utilizamos a diario en crudo o para cocinar. La bióloga Soledad Román Herrera, experta en aceites de oliva nos explica sus diferencias, cuándo utilizar cada variedad y cómo nos ayudan a mantenernos sanos.
- Aceite de oliva virgen extra
100€ zumo de aceitunas sanas y frescas, recolectadas en su momento óptimo de maduración.
- Aceite de oliva virgen
Se diferencia del anterior en pequeñas alteraciones en sus índices físico-químicos sensoriales, difícilmente identificables.
- Aceite de oliva
Mezcla de aceite de oliva refinado (con aceite de oliva Lampante, el peor de los aceites de oliva vírgenes obtenido en la almazara) y aceite de oliva virgen o virgen extra. Puede ser suave (lleva poca cantidad de zumo de aceituna) o intenso (más calidad)
- Aceite de orujo de oliva
Aceite de orujo de oliva. Se realiza con la grasa que queda adherida a los restos de la extracción del aceite de oliva extra y refinado, y con los residuos de huesos y pieles de las aceitunas. Una vez refinado, se mezcla con aceites vírgenes.
Beneficios en la cocina
Una dieta sana es la que utiliza todos los días el aceite de oliva virgen extra como grasa fundamental. Además de ser la grasa más sana, beneficiosa y exquisita de todos los aceites que existen, te permite disfrutar de una buena cocina.
Por eso, es el mejor para consumir en todas las ocasiones, incluso para freír. Según la experta en aceites: “todos pierden propiedades al calentarse, se oxidan, pero el aceite de oliva virgen extra es el que aguanta mejor la temperatura de la fritura, pudiendo llegar hasta los 180ºC sin alterarse ni degradarse, mucho más que cualquier otro aceite que podamos encontrar en el mercado. No dejar que el aceite humee, ya que es cuando alcanza su punto crítico, lo estaremos quemando.
Durante la fritura, se forma una capa crujiente que hace que el aceite no penetre, limitando el exceso de grasa y conservando el alimento todo su jugo y nutrientes en su interior”.
Beneficios para la salud
El de mayor calidad es el aceite de oliva virgen extra (AOVE), sin aditivos ni conservantes. Soledad Román explica que “según un estudio de Prevención con Dieta mediterránea (PREDIMED), una dieta mediterránea en la que se consumen 50 g. de AOVE al día (unas 4 cucharadas soperas) y 30 g. de frutos secos, reduce el riesgo cardiovascular un 30% más que otra alimentación baja en grasa”.
Pero tiene muchas más virtudes:
-Disminuye el colesterol malo (LDL) y aumenta el colesterol bueno (HDL): mejora la circulación sanguínea y previene las enfermedades cardiovasculares.
-Contiene oleoanthal, con acción antiinflamatoria.
-Favorece el metabolismo y el desarrollo cerebral gracias al ácido oleico.
-Es protector estomacal y de úlceras gastroduodenales y estimula la absorción de calcio y magnesio.
-La vitamina E y antioxidantes produce efectos beneficiosos para la piel.
Ayuda a reducir la hipertensión.
Retrasa el envejecimiento, gracias a su poder antioxidante y tonificante.
-Mejora la piel, el pelo y las uñas.
-Protege de la osteoporosis.
Autora: Soledad Román Herrera