Ahorrar con tus electrodomésticos

Con la factura eléctrica por las nubes, los electrodomésticos son una de las principales fuentes de consumo en casa. Te mostramos cómo reducir la factura de la luz y el impacto en el medioambiente.

La lavadora, la nevera, el lavavajillas… son electrodomésticos que usamos cada día, pero sin detenernos a pensar que es fundamental utilizarlos de forma racional para sacar su mayor rendimiento y ahorrar en energía o agua.

  • Instala regletas con interruptores. Desde la OCU informan que el consumo que hacen los electrodomésticos en modo stand-by suele rondar los 375 kWh al año, lo que equivale a unos 60 euros. Una buena medida para evitar este gasto es usar una regleta con interruptor para aquellos electrodomésticos que normalmente se quedan en reposo (televisión, ordenador, microondas, cafetera…) y, así, apagarlos por completo cuando no estés usándolos o si vas a estar unos días fuera.
  • Realiza un mantenimiento periódico de tus electrodomésticos. Los especialistas en ahorro nos recuerdan que en los libros de instrucciones hay información relativa a los mantenimientos periódicos que deben realizarse en cada uno de ellos. Por ejemplo, la limpieza del filtro de lavavajillas sirve para evitar taponamiento y el posterior desborde de agua. Si el filtro no funciona correctamente, se activa la protección antifumiga, que impide que el ciclo de lavado finalice correctamente. Como consecuencia, hay que limpiar el filtro y el conducto de agua, y repetir, posteriormente, el ciclo de lavado. Lo mismo sucede con el filtro de la lavadora, que debes limpiar con la lavadora vacía, retirando los restos acumulados y usando una bayeta con un poco de agua y jabón.
  • Si has de renovar los electrodomésticos, adquiere, preferiblemente, productos con etiquetado energético A+++. Esta etiqueta se presenta en color verde oscuro y supone el mayor nivel de eficiencia energética. Los electrodomésticos que la lleven tienen un consumo inferior al 25%. Son los que menos energía necesitan para funcionar.

  • No enjuagues los platos antes de meterlos en el lavavajillas. Si lo haces así, el detergente no actuará adecuadamente y estarás gastando agua de forma innecesaria. Usa una servilleta o los cubiertos para quitar los restos de comida y sitúa, ordenadamente, cada olla, plato y cubierto. Luego, elige el programa más adecuado (dependiendo de la suciedad de la vajilla).
  • Adecúa la carga de ropa al programa de lavado. La colada no solo debe realizarse en función del grado de suciedad de la ropa o del color de la misma. Sino que también se debe prestar atención al nivel máximo de carga de cada tipo de lavado.
  • A la hora de usar la secadora, desde la OCU nos recomiendan que seleccionemos el centrifugado más rápido de la lavadora, que limpiemos las pelusas del filtro y del condensador después de cada uso y que finalicemos antes el programa de secado, si vamos a planchar la ropa.
  • Usa cacerolas del mismo tamaño que la placa de vitrocerámica y procura taparlas, para que se mantenga más el calor. Los recipientes de fondo grueso distribuyen mejor el calor.
  • No coloques el horno cerca de la nevera o, en su defecto, pon un aislante que separe ambos electrodomésticos.
  • No precalientes el horno durante mucho tiempo y apágalo unos cinco o diez minutos antes de acabar la cocción.
  • Espera a que los alimentos se enfríen antes de meterlos en el frigorífico. Evitarás que haga un esfuerzo extra de energía para equilibrar la temperatura del interior.

 

Autora: Laura Valdecasa

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