Los huertos urbanos
Los huertos urbanos se han convertido en la opción perfecta para mantener una alimentación más saludable, contribuir al comercio de proximidad y ayudar a la reducción de la contaminación y el impacto medioambiental.
En menos de dos décadas, el número de huertos urbanos en España ha experimentado un gran crecimiento, en concreto, han pasado de 1.280 a más de 28.000, aproximadamente. Este boom responde a una necesidad de un mayor contacto con la naturaleza, a una preocupación cada vez mayor por el origen de los alimentos que consumimos y a un interés creciente por preservar nuestro ecosistema.
BENEFICIOS DE LOS HUERTOS URBANOS
- Mejoran la calidad del aire. Las plantas proporcionan oxígeno a cambio del consumo de CO2. Esto, entre otras ventajas, disminye el efecto invernadero en las ciudades.
- Reducen los índices de calor. El intercambio oxígeno-CO2 permite reducir las fluctuaciones de la temperatura de los lugares próximos a los cultivos. Siempre te sentirás más fresca junto a una planta.
- Aumentan la calidad de nuestra dieta. Los alimentos orgánicos se procesan mejor en nuestro organismo. Además, comer un alimento fresco no tiene comparación con aquellos que llevan químicos y otras sustancias para su conservación.
- Las plantas cultivadas, sin lugar a duda, duran más que un alimento en la nevera.
- Permiten la apuesta por el consumo de proximidad. Es decir, los productos que se hayan producido en nuestro entorno más próximo (alrededor de un radio de 100 kilómetros) contribuyen a reducir el impacto medioambiental.
- Practicar el consumo de proximidad es también una gran forma de educar sobre el consumo de alimentos de temporada, donde priman los productos frescos y ecológicos que nos pueden ayudar a fomentar una dieta más sana y equilibrada.
- Son una forma de enseñar a los más pequeñ@s el valor de la agricultura. Participar en la creación o el cuidado de un huerto urbano es una excelente manera de transmitir valores relacionados con un estilo de vida sostenible, un modelo de desarrollo económico razonable y el respeto por el medioambiente.
- Contribuyen al concepto de economía circular, más orientado a la sostenibilidad, al reciclaje (para fabricar abono, por ejemplo) y a la reutilización de productos (palés para construir jardineras, etc.).
- Fomentan lazos sociales. Practicar la horticultura es una enriquecedora manera de disfrutar del ocio, reduce la tensión y el estrés y fomenta la integración social entre grupos que, de otra forma, estarían segregados.
- Recuperan espacios degradados y en desuso, donde se pueden acumular desechos y basuras de todo tipo.
- Suponen un ahorro en el presupuesto en alimentación. Si mides bien tus necesidades y haces una inversión acorde a las mismas, un huerto urbano doméstico te puede salir muy rentable una vez has amortizado el gasto en el recipiente, la tierra, los fertilizantes, las semillas, etc. Y te puede surtir de todo tipo de plantas aromáticas.