Botiquín en casa
Los pequeños accidentes en casa (cortes, heridas, quemaduras…) o un simple dolor de cabeza son situaciones habituales que podemos tratar si disponemos de un botiquín completo con los elementos necesarios. Te contamos qué debe contener el botiquín casero perfecto.
Tener un buen botiquín en nuestra casa, en el que incluyamos los medicamentos y todo el material necesario para atender síntomas, las dolores o accidentes leves, es fundamental ante cualquier pequeña emergencia que podamos tener en nuestros hogares.
Por ello, es importante que conozcamos qué debe contener nuestro botiquín, guardarlo en el lugar adecuado y tenerlo bien organizado y actualizado. El contenido del botiquín debe permitirnos poder hacer frente a accidentes o dolencias más frecuentes en casa.
¿Qué debe contener nuestro botiquín?
También va a depender de las personas que vivan en el domicilio, ya que, por ejemplo, en el caso de que haya niños en casa se deberán incluir medicamentos básicos atendiendo a su edad.
El botiquín casero no debe sustituir la visita al médico en caso de síntomas o dolencias sobre las que tengamos duda. Lo primero que hay que tener en cuenta es
que el botiquín de nuestra casa no debe ser una pequeña farmacia, con muchos y variados medicamentos y material que no se usan habitualmente.
Se trata de tener lo imprescindible para, como hemos visto, poder atender síntomas o accidentes leves.
Según el Muy ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia, nuestro botiquín casero debe contener:
– analgésicos (paracetamol), para dolores leves o moderados, y antiinflamatorios (ibuprofeno), para cuando haya dolor producido por inflamación.
– antihistamínicos (para posibles reacciones alérgicas)
– pomada para quemaduras leves o de primer grado
– material para curas: gasas estériles, algodón, tiritas, vendas, esparadrapo, solución salina, suero fisiológico (las unidades individuales deben desecharse una
vez abiertas o utilizarlas en un breve periodo de tiempo), alcohol (para desinfectar el material), pinzas (para extraer cuerpos extraños) y tijeras (mejor de punta redondeada), jeringa desechable (para calcular dosis de jarabes, limpiar heridas…)
– termómetro
– antisépticos (clorhexidina o povidona yodada) para evitar que se infecten las heridas.
¿Qué no debe contener?
Como hemos comentado, nuestro botiquín de casa no debe ser un pequeña farmacia donde almacenar medicamentos y material de curas que rara vez vayamos a utilizar. Por eso, debemos deshacernos de aquellas medicinas que nos hayan recetado en un determinado momento para una dolencia puntual y que no vayamos a volver a tomar. Es el caso, por ejemplo, de los antibióticos, los cuales siempre deben tomarse bajo prescripción médica.
La medicación diaria o tratamiento habitual de algún miembro de la familia tampoco debe conservarse en el botiquín, sino en otro lugar más accesible y separado del resto de medicamentos para evitar confusiones.
Además, es importante que tengamos el botiquín actualizado. Para ello, debemos revisarlo periódicamente (dos o tres veces al año) y desechar, en el punto SIGRE (que explicamos en las páginas siguientes), los medicamentos que hayan caducado. También se deben depositar en este punto los que puedan estar en mal estado o, como ya hemos dicho, aquellos de tratamientos inacabados o que ya no nos van a servir, así como reemplazar el material viejo o estropeado (tijeras o pinzas oxidadas, vendas o tiritas pasadas…).
¿Dónde debemos guardarlo?
Una buena idea es tener, junto al botiquín, algunos teléfonos de interés, como pueden ser el teléfono de nuestro centro de salud o clínica, el teléfono de urgencias y el del Centro Nacional de Toxicología, para cualquier emergencia, duda o consulta que pueda surgir ante una herida, enfermedad o accidente y saber, así, cómo actuar según las indicaciones que nos ofrezcan.