
Semillas de lino y chía
Las semillas de lino y chía son alimentos que aportan una fuente de fibra, antioxidantes, ácidos grasos Omega 3, vitaminas… Cuidan nuestra salud y además nos ayudan a perder peso.
Tanto monta, monta tanto, las semillas de lino dorado como las de chía. Los dos alimentos, extraídos de plantas, son denominados superalimentos porque contienen un gran número de nutrientes beneficiosos para nuestra salud… en un tamaño mini.
BENEFICIOS DEL LINO DORADO
El lino es la planta de la que se extraen las semillas, también llamadas linaza, y el aceite. Se usa desde la antigüedad como alimento y fuente de fibras para hacer ropa, velas de barcos, cuerdas… Las semillas beneficiosas para consumir son las que van del color oro/amarillo al ámbar. Y sus aplicaciones son tan variadas como su contenido:
- Ácidos grasos insaturados (alrededor del 80&). Disminuyen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Además, aportan bajos niveles de ácidos grasos y nada de gluten.
- Vitaminas y minerales. Vitaminas B1, B2, B6, C, E y K y minerales como el calcio, magnesio, fósforo y potasio.
- Fibra dietética. Regula el tránsito intestinal, regenera la flora intestinal, ayuda a eliminar grasas y a evitar que se absorban. Controla la diabetes.
- Fenólicos. Contribuyen al buen funcionamiento de las células y de las hormonas femeninas. Estudios médicos sugieren que estos compuestos vegetales con efectos antioxidantes ayudan a evitar el cáncer de mama.
SEMILLAS DE CHÍA
Los mayas y los aztecas ya utilizaban esta planta como alimento y medicina, y usaban sus semillas como fuente de energía en sus largas caminatas. Hoy siguen siendo muy apreciadas por los deportistas. Sus semillas, ricas en nutrientes y con las mismas propiedades que la linaza, son también reconocidas por su poder saciante. Cuando se combinan con agua, leche, zumo o yogur, forman un gel (debido a su fibra soluble), que nos hace sentirnos llenos por más tiempo y retrasa la subida del azúcar a la sangre.
¿CÓMO TOMARLAS?
Los dos tipos son muy fáciles de digerir. Se aconseja tomar una cucharada al día de cualquiera de ellas o de una mezcla de ambas. Puedes echarlas en tu yogur, añadirlas a tus cereales por la mañana, en las sopas, hacer pan con sus semillas, mezclarlas con tus legumbres… Y, si puedes, mejor tómalas frescas y molidas.
¿Y COMBINADAS?
¡Incluso mejor! Las mezclas de multisemillas incluyen los beneficios de las semillas del lino, sésamo, la calabaza… y enriquecen tus ensaladas.