Vista cansada

La presbicia es el envejecimiento natural del ojo, por lo que lo único que podemos hacer es intentar retrasar su aparición. El uso excesivo de las pantallas está provocando que este problema afecte a personas más jóvenes de lo habitual, siendo hoy uno de los motivos más comunes de consulta.

Al igual que la piel, los huesos o el corazón, los ojos también envejecen y uno de los primeros efectos es lo que llamamos vista cansada.

También conocido como presbicia, este envejecimiento se traduce en una pérdida de visión progresiva que puede comenzar al cumplir los 40 años y suele ser más  evidente pasados los 50.

Los síntomas más destacados son la pérdida de visión de los objetos cercanos. De ahí que sea habitual el gesto de alejar lo que necesitamos buscando ese punto en el que sí es posible enfocar.

También es muy normal necesitar más luz para ver con nitidez, terminar con dolor de cabeza después de leer durante un rato, tener dificultad para leer letras pequeñas o sentir fatiga visual.

DEGENERACIÓN NATURAL

Con la edad, el cristalino va perdiendo elasticidad. Esto quiere decir que deja de tener la misma capacidad para enfocar que un joven, por lo que su campo de acción se va reduciendo. Al volverse más rígido, no puede experimentar los mismos movimientos y, por lo tanto, enfocar es más complicado. Así pues, una de las primeras señales puede ser el tardar unos segundos en enfocar un objeto que está cerca.

¿SE PUEDE PREVENIR?

Al ser algo degenerativo y estar causado por el paso del tiempo, es imposible evitarlo, sin embargo, sí se puede intentar retrasar sus efectos y ganar algo de tiempo. Entre las actuaciones preventivas, destaca el llevar una dieta mediterránea, usar gafas de sol todo el año y no fumar, porque el tabaco es uno de los principales enemigos, también de nuestros ojos.

Una vez que empiezan los síntomas, no hay que rendirse y darlo todo por perdido. Un tratamiento apropiado puede ayudar a que el daño no aumente de forma rápida.

Los especialistas coinciden en esperar a utilizar gafas a que no se pueda estirar más el brazo al intentar leer un documento, lo que se podría traducir en unas tres dioptrías de presbicia. Tras esto, el oftalmólogo decidirá el tratamiento más adecuado, que generalmente, es el uso de gafas o lentillas.

FATIGA VISUAL

Aunque por su nombre podamos pensar que están relacionados, lo cierto es que se trata de dos problemas diferentes. Cierto es que algunos síntomas son comunes, como, por ejemplo, el dolor de cabeza tras fijar la vista durante un largo período de tiempo. Pero los motivos por los que aparecen son diferentes. Como ya hemos dicho, la vista cansada es un problema degenerativo simplemente motivado por el envejecimiento ocular. Por su parte, la fatiga visual es consecuencia directa de la sobreexplotación a las pantallas digitales, es decir, un sobreesfuerzo de los ojos.

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