#Receta | Encurtido de hortalizas

Ingredientes

Para seis litros de agua (tres tarros grandes), necesitamos: 1 vaso y medio de vinagre de vino blanco, 6 cucharadas soperas de sal gruesa pura y 6 cucharadas de azúcar.

Especias para cada tarro: 3 hojas de laurel verde, 5 clavos de olor, 1 cucharada sopera de pimientas variadas en grano, 10 bayas de pimenta dioica (pimienta de Jamaica), eneldo fresco o seco en polvo (dos ramas o una cucharada sopera) y 1 cucharada sopera de granos de mostaza seca.

Verduras. En cada tarro mezclamos: 5 o 6 dientes de ajos con piel (opcional), tomates maduros pero duros de mediano tamaño, todos los que nos quepan. 2 o 3 rodajas de calabacín grande con su piel, cortado a rodajas gordas Dos pepinos con su piel. Dos o tres picantes enteros y sin pincharlos (opcional).

Elaboración

Vamos a ello.

Primero que todo, esterilizamos los tarros que deben ser nuevos. En una olla grande a poder ser de porcelana, añadimos los seis litros de agua, el vaso y medio de vinagre de vino blanco, las 6 cucharadas soperas de sal gruesa pura y las 6 cucharadas de azúcar y todas las hojas de laurel. Llevamos a ebullición. Cuando empiece a hervir, bajamos el fuego y lo mantenemos cinco minutos.

Mientras tanto, calentamos un poco los tarros bajo del grifo con agua caliente, para no tener la sorpresa de que nos puedan explotar por la diferencia de temperatura. Vamos llenando los tarros mezclando las verduras y añadiendo las especias, hasta rellenarlos.

Subimos el calor a la olla para que vuelva a hervir y echamos el líquido hirviendo dentro de cada tarro. Repartimos las hojas de laurel y cerramos herméticamente.

Pondremos enseguida los tarros al baño maría a hervir media hora. Importante que cubra casi todo el tarro de agua. Pasado ese tiempo, dejaremos enfriar dentro de la cazuela. Después, los depositaremos boca abajo sobre un paño para comprobar que se ha hecho el vacío. Los guardaremos al menos tres meses en un lugar oscuro y fresco.

Una vez abiertos, hay que ponerlos en la nevera porque si no se pondría en marcha el efecto salmuera y no nos interesa.

Os puedo asegurar, que ponerte en la boca un tomate, chuparlo y desechar la piel en boca, es una delicia de Dioses.

Se sirve frío en un plato un poco de cada. Las rodajas de calabacín, igual que los pepinos y los picantes, los trocearemos más pequeños a la hora de servirlos.

Ni se os ocurra tirar el caldo. Beberlo es buenísimo en sabor y además es estomacal.

 

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