De la familia de las Solanáceas, al igual que los tomates y las berenjenas, el pimiento es una verdura con múltiples propiedades beneficiosas para nuestra salud, además de presentar muchas y diversas formas de prepararlo para su consumo.

Es el fruto comestible de la planta que lleva su mismo nombre (capsicum annuum), originaria de Sudamérica, donde se le denominaba chili. Es una planta herbácea, con flores pequeñas y frutos huecos en su interior, de diferentes formas según su variedad. Colón lo introdujo en España a finales del s. XV y pronto comenzó a extenderse su cultivo por toda Europa. En función de su sabor, podemos agrupar sus variedades en pimientos dulces y pimientos picantes. En el grupo de los dulces, encontramos la variedad de pimiento morrón, de piel roja y sin manchas, de gran tamaño y muy carnoso y crujiente.

El porqué de sus diferentes colores

Pimientos rojos, amarillos, verdes y naranjas se diferencian, aparte de por su color, por su sabor y las propiedades que nos aporta cada uno. El pimiento verde es, sencillamente, el menos maduro de todos y que presenta un sabor más amargo que el resto. Su aporte de vitaminas C y A es también menor. Una vez que maduran, su color cambia a rojo, amarillo o naranja, variando de igual forma su sabor, que se torna dulce, y sus propiedades.

Propiedades

Los pimientos están compuestos principalmente por agua, junto con hidratos de carbono y fibra. Su aporte calórico y en grasas es muy bajo. Dependiendo de la variedad de que se trate, presenta diferentes propiedades.

En el caso del pimiento rojo, su color proviene de la capsantina, un pigmento antioxidante,  y poseen uno de los más altos contenidos en licopeno, con acción anticancerígena.

Los pimientos rojos son una gran fuente de vitamina C, mucho más que los cítricos, la cual, entre otros muchos beneficios, posee una enorme acción antioxidante. La vitamina C también ayuda a una correcta absorción del hierro y en procesos catarrales, aumenta nuestras defensas, es buena para la piel y para la formación de dientes y huesos.

Es rico en provitamina A, que favorece una correcta visión y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Aunque en menor proporción, también poseen vitaminas del grupo B y E. Además nos aportan potasio, calcio, magnesio y fósforo. Todo ello conforma los pimientos rojos con propiedades diuréticas, previenen el colesterol malo y reducen el insomnio y la ansiedad.

¿Cómo tomarlo?

El pimiento rojo podemos consumirlo tanto crudo como cocinado. En crudo podemos añadirlo a nuestras ensaladas, a las que aportarán un toque de color, un sabor especial y sus múltiples beneficios. También podemos hacerlos rellenos, con arroz, pollo, bacalao, atún…

A la hora de cocinarlo, el pimiento rojo se puede asar al horno y utilizarlo como guarnición en platos de carnes y pescados.

También se emplea para elaborar pistos para empanadillas y cocas. Son perfectos para cocinar salsas, como el tabasco, y en purés.

Es importante que, después de asarlos, los pelemos y les quitemos las pepitas, para que no queden amargos. Para pelarlos más fácilmente, una vez asados, envuélvelos en papel de periódico o en un paño y deja que se enfríen.

Con el pimiento rojo secado y molido se obtiene el pimentón, condimento empleado en muchas de nuestras recetas más típicas, como el pulpo a la gallega, las patatas bravas o la paella.

Un plato típico de nuestra Comunidad es la escalivada, una ensalada preparada con pimientos rojos, berenjenas, cebolla y tomate, a la que también se puede añadir bacalao. Se elabora asando las verduras al horno y, una vez frías, se pelan, se les quitan las pepitas y se cortan en tiras finas y largas. Se aliña todo con aceite y sal.