Hace unos años, los denominados alimentos de origen ecológico solo se podían adquirir en tiendas especializadas o como productos “de lujo”. Sin embargo, hoy en día, los encontramos en tiendas de barrio y supermercados, juntos a los productos convencionales, diferenciados claramente con las indicaciones BIO, ECO, Orgánico y los logotipos específicos.

Los alimentos ecológicos no se ciñen únicamente a frutas y verduras, sino que existe una amplia variedad: desde carnes y pescados, lácteos, quesos, chocolates… hasta alimentos para bebés, platos preparados, infusiones, zumos, etc.

¿Cómo diferenciamos un producto ecológico de uno convencional?

Es importante que aprendamos a diferenciar estos productos de otros y, dentro de los alimentos ecológicos, saber que pueden ir etiquetados como ecológicos, biológicos u orgánicos.

Junto a esta mención, debe aparecer el logo de Agricultura Ecológica de la Unión Europea y el nombre o código que certifica la autenticidad del producto y garantiza la calidad establecida en normativa correspondiente.

Por todo ello, el consumo de alimentos de origen ecológico, de mayor calidad y sabor, aporta a nuestro organismo vitaminas, minerales y otros elementos necesarios, además de estar, al mismo tiempo, cuidando y respetando el medio ambiente.